Litografía de H. Simón. Representa la cabeza de un guerrero de la nación toba, tomado del natural, un instante después de ser ella separada del tronco, y cuando aún palpitaba la carne y resonaba su valiente y sonora voz que, dominando el estruendo de las armas y el ardor de la pelea, retemplaba el espíritu de los indios. [Leyenda para dibujo, tomado de El Gran Chaco, Buenos Aires, Imprenta de Oswald y Martínez, 1881.]
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